Después de 8 meses viviendo en Irlanda y habiendo solo viajado por Reino Unido el 21 de Diciembre de 2012, desafiando todas las predicciones Mayas, me subí a un avión rumbo a Roma. Me bastaron 5 minutos para entender de donde veníamos los Argentinos. Ni bien el conductor del bus empezó a adelantarse a otros vehículos en la ruta, a tocar bocina y gritar me sentí que había vuelto a Argentina.
Coliseo Romano
Roma fué el primer destino del típico Eurotour en el que te atragantas de ciudades en 21 días. Aunque 3 días no fueron suficientes para disfrutarla al 100%, no deja de estar entre los mejores destinos hasta ahora recorridos.
El primer día nos levantamos temprano y después de un desayuno que incluyó todos los carobohidratos posibles y un café bien cargado salimos a “patear” la ciudad! Roma se debe hacer caminando, cada esquina es una sorpresa, un monumento…y hasta lo que no figura en la guía turística te deja sin palabras. Desde los edificios magestuosos, ya sean antiguos o modernos, sus callecitas y cafecitos con manteles a cuadros, el tráfico incesante, los gritos de la gente, los bebederos de los antiguos acueductos romanos y mucho mas.
Nuestro paseo empezo visitando la Basílica de Santa Maria Maggiore, también conocida como la Basílica de Santa Maria de la Nieve, en relación a su origen. Ya que cuenta la leyenda que a través de una nevada en pleno Agosto (mes de verano) la Virgen les anunció el lugar donde debía ser edificada la Iglesia. Es un edificio impresionante cuyos techos y pisos estan integramente decorados y hasta el día de hoy una de las principales Iglesias de Roma. Fué ahí donde Bergoglio fué a rezar al día siguiente de ser elegido Papa.
Dejando atrás la Basílica nos adentramos por la Via Nazionale hasta llegar a la Piazza Venecia y al magestuoso monumento a Vittorio Emanuele, quien fuera el primer rey de la Italia unificada. Esta integramente construido en marmol blanco y el contraste con el cielo azul de Italia lo hace uno de los monumentos más lindos que ví. Para cerrar el panorama las banderas italianas flameando a lo alto. Además se encuentra allí la tumba del soldado desconocido con la llama eterna en honor a todos los caídos en la Primera Guerra Mundial.
Monumento a Vittorio Emanuele
Seguimos caminando por Via del Corso y nos quedamos comiendo un sandwich de jamón crudo, mozzarella y albahaca en una trattoria de por ahi. Después de la parada estratégica , llegamos a un punto en el que si doblabamos a la derecha llegabamos a la Fontana Di Trevi y si lo hacíamos a la izquierda al Panteón. Creo que no caben dudas de hacía donde fuimos corriendo. Después de recorrer un par de calles laberinto se apareció frente a nosotros: La Fontana Di Trevi, según muchos la fuente mas linda del mundo. (Hasta ahora no he visto una de la época que la iguale). Es realmente hermosa por donde se la mire. Representaba el final de uno de los acueductos principales de la antigua Roma. Fué diseñada por Nicolas Salvi, representa al Dios Neptuno en el centro domando las aguas salvajes y el resto de la iconografía hace referencia al mar con hipocampos y conchas de mar que se mezclan con las rocas y le dan una apariencia real. El telón de fondo es el Palacio Poli que termina de encuadrar la obra para hacerla única. A pesar de la sobredosis de turistas abarrotados para sacarse una foto, tirar la monedita y pedir un deseo no deja de ser uno de los lugares que más disfrute al visitar Roma. El dato curioso es que las monedas arrojadas a la fuente son rescatadas y el dinero recaudado se utiliza para alimentar a ciudadanos en situación de calle.
Fontana Di Trevi
Dejamos atrás la Fontana y nos dirigimos al Panteón de Agripa, un templo de planta circular con el techo abierto a través del cual entra el sol, dedicado a todos los dioses y donde descansan los restos de Vittorio Emanuele. Es una muestra del poderío de ese Imperio del cual leíamos en los libros de la secundaria. Lamentablemente llegamos tarde para disfrutar el show que la naturaleza brinda al permitir la entrada del sol a través del agujero en la cima de la cúpula durante el solsticio de invierno (21 de Diciembre) y el de verano (21 de Junio). Seguimos a través de esas calles mini hasta llegar a la Piazza Navona.
Cúpula del Panteón
La Piazza Navona es una fiesta de la Arquitectura, ya que reune en un solo lugar fuentes, monumentos y edificios uno más lindo que el otro. Cuenta con 3 Fuentes: La de los Cuatro Rios (Nilo, Danubio, Ganges y Río de la Plata), La Fuente de Neptuno, y la Fuente del Moro. En uno de sus extremos esta la Iglesia de Santa Inés en Agonia y el Palacio Pamphili. Además de otros monumentos. Es uno de los lugares elegidos por los turistas y por ende por los vendedores ambulantes, desde carteras de imitación a imanes y dulces.
Piazza Navona
Eran las 5 de la tarde y empezaba a anochecer pero nosotros no podíamos parar de caminar y sorprendernos en cada esquina…casi sin querer llegamos a la Isla Tiberina. Una pequeña isla de origen volcanico ubicada en el Río Tiber que fué eje central del comercio entre las dos orillas en el origen de la ciudad y donde actualmente funciona un hospital. Paseamos por la Isla y cruzamos a través de su clásico puente Romano hacia el Barrio de Trastevere. En mi opinión el barrio más lindo de Roma. Ahí cenamos en un restaurante típico, sin animos de asesinar turistas, unas ricas pastas y de postre obviamente tiramizú. Estabamos agotados, no pude terminar de asimilar todo lo que habían visto mis ojos antes de caer rendida en la cama!
El segundo día en Roma empezó bien temprano, se venía lo que uno sueña con ver cuando va a la capital Italiana: El Coliseo. Ya habíamos tenido una vista general al venir en bus desde el aeropuerto pero fue un flash.
Así que llenos de ansiedad llegamos a la entrada del Foro Romano, que era la zona central de la antigua Roma y donde funcionaban las principales instituciones del imperio, desde el comercio, la religión, la administración de justicia hasta la prostitución. El Foro es la clara muestra de los avances de la sociedad romana en cuanto a administración urbana y en la actualidad concentra restos arqueologicos de Templos, Basilícas y monumentos de la época. A pesar de que a simple vista parece pequeño, recorrerlo lleva un buen tiempo sobre todo si uno quiere entender que es lo que ven tus ojos. El mapa es muuuuy italiano, empieza por el monumento número 27 (solo Dios sabrá por qué??) , pero una vez que le agarras la mano, la audioguía te transporta a las situaciones vividas en cada uno de ellos.
Acueductos del Foro Romano
Salimos de ahi y agarramos Via Sacra que conecta directamente el Foro con el Coliseo. No sin antes parar a admirar el Arco de Constantino, el arco del triunfo romano y sacar un millón de fotos de la maravilla que teniamos ante nosotros. No les puedo explicar con palabras lo pequeño que uno se siente al pararse frente al Coliseo, ni los niveles a los que llega tu sorpresa. Lo habíamos visto en miles de películas y ahora estaba ahí ante nosotros. Lo recorrí de punta a punta unas 3 veces, me perdí entre sus pasillos, volé con la imaginación a tiempos antiguos y trataba de reconstruir en mi cabeza la arena, las salidas de los calabozos, los palcos de los reyes. El Coliseo fué un viaje en sí!
Coliseo por dentro
Estuvimos ahí hasta las 4.30 de la tarde, después vinimos caminando por Via Imperiale, disfrutando la vista del Coliseo detrás nuestro, la del Foro Romano a un lado y sabiendo que en unos minutos llegaríamos nuevamente a la Piazza Venecia. El objetivo era llegar a ver la Fontana de noche…cuando pensas que lo viste todo, llegas a ver la fontana iluminada y te volves a soprender igual o más que cuando la viste de día. Por las dudas tiras otra moneda y pedis volver mil veces más! Fuimos a cenar por los alrededores y a pesar de estar muertos de cansancio decidimos volver caminando para ver el Coliseo de noche. Reconozco que la iluminación no es la mejor y la zona esta bastante deshabitada de noche. Igual semejante obra no llega a decepcionarte.
Fontana de noche
El tercer y último día en Roma era 24 de Diciembre!! Y si ibamos a hacerlo, lo haciamos bien: pasaríamos Navidad en el Vaticano. Yo había hecho todos los deberes, reservado la entrada a los Museos Vaticanos on line, así que ahí estabamos de acuerdo a lo planeado a las 11 am entrando a recorrer uno, sino EL museo mas rico del mundo. Para ser sincera, se necesita un mes entero y 10 horas por día para realmente apreciar lo que alberga ese museo. La falta de tiempo sumado a la cantidad exhorbitante de turistas, cada uno de ellos con una cámara, un iPad y un celular para sacar fotos hacen que se vuelva toda una experiencia religiosa. La gente ansiosa y de poca pasciencia como yo desafían ahí todos sus límites. Hicímos las galerias clásicas: La de los Mapas, la de los Papas, la Galeria Egipcia (entre el Vaticano y el Museo Británico me ahorraron el viaje a Egipto!) y obviamente hicimos la peregrinación hacía la Capilla Sixtina. Me porté mal y saqué las fotos a pesar de estar prohibido y me pase una hora entera tratando de identificar las figruas pintadas en el techo con las explicaciones de la audioguia. Realmente es una obra maestra de la pintura, no solo por lo que representa sino por el hecho de que Miguel Angel la haya pintado estando todo el tiempo suspendido en el aire. Además la Capilla Sixtina es el lugar donde se celebran los Conclaves y otras ceremonias oficiales de la Iglesia Católica.
Capilla Sixtina
Después de comer algo alrededor de las de la tarde en uno de los tantos patios del museo, nos encaminamos a la Basílica de San Pietro. Nuestro plan era recorrerla y quedarnos para la misa. Lo que no sabíamos es que para la Misa del Gallo se requiere una entrada especial, la cual se reserva miles de meses antes. Asi que se imaginan mi decepción al saber que no iba a poder ver la Basílica por dentro. Nos quedamos dando vueltas por ahí y decidimos caminar por los alrededores y volver mas sobre la hora de la misa ya que habían pantallas gigantes y sillas dispuestas para la gente que se quedó afuera.
Basílica de San Pietro
Así llegamos al Castillo de Sant’Angelo, otro lugar hermoso coronado por un puente romano que le sirve de extensión a su entrada y donde artistas callejeros se instalan a vender sus obras. Estuvimos ahí hasta el atardecer y regresamos al Vaticano para el inicio de la misa. Nos sentamos a esperar y todo comenzó con normalidad, nos dieron una guía de misa en varios idiomas e ibamos siguiendo la ceremonia a través de la pantalla gigante. En un momento empiezo a ver a lo lejos que algunas personas salían de la Basílica y se me cruzó por la cabeza que quizás podíamos entrar. Me acuerdo que empecé a caminar y pasé por delante de la Guardia Suiza con seguridad, cual si tuviese todos los tickets necesarios. No sé bien cuanto tarde en recorrer ese camino en ascenso desde el centro de la Plaza a la entrada de la Basílica, lo único que sé es que estaba adentro viendo con mis propios ojos esos techos, esas cúpulas. La sensación fué rara, había conseguido lo que quería: estaba ahí, viendo como el Papa Benedicto ponía al niño Jesús en el pesebre a las 12 en punto y millones de personas nos deseabamos Feliz Navidad pero por otro lado tanta opulencia, tanto oro, tanta grandeza hace inevitable cuestionar el rol de la Iglesia frente a tanta pobreza en el mundo.
Altar principal de la Basílica de San Pietro
Agotada, revolucionada, después de haber infrigido las normas del Vaticano, llena de cuestionamientos y después de cenar un sandwich de milanesa y brindar por navidad con una Sprite nos fuimos a dormir. Al día siguiente el viaje seguía, se venían mas aventuras italianas…pero eso se los cuento en el próximo post!
Años después, una espera de 7 horas en Roma me dió la oportunidad de volver a visitarla en verano…de termini en subte hacía el coliseo, solo para darle la vuelta alrededor, caminar por la Via Nazionale, pasar por el monumento a Vittorio Emanuele, caminar por Via del Corso hasta la Fontana y volver al aeropuerto! 7 horas fueron suficiente para volver a enamorarse de Roma, para confirmar que no importa cuantas veces vuelvas te sigue sorprendiendo, te sigue emocionando.
Roma en verano!
A todos les deseo que alguna vez en la vida tengan la posibilidad de visitar Roma, de perderse en sus calles, de admirar su grandesa y disfrutarla en toda su explendor.
Mutar viajando.. 